El despertador sonó tres veces antes de que por fin abriera los ojos. Se incorporó lentamente, permaneciendo sentado al borde de la cama los minutos suficientes para reflexionar sobre sus sensaciones. Se sentía desmotivado desde hace más de diez años. Su trabajo en SIGNOS, la empresa- gobierno que se encargaba de administrar el bienestar de los habitantes del país, había dejado de satisfacerle, si es que alguna vez lo hizo.
Mientras se alistaba para comenzar su jornada laboral, un vídeomensaje apareció en sus anteojos, los mismos que todos los ciudadanos tenían que portar para que el gobierno estuviera permanentemente conectado con ellos.
El mensaje decía lo siguiente:
"Apreciado pueblo del país, debido a los últimos disturbios ocurridos en el centro de la ciudad capital y su respectiva pacificación, el gobierno de SIGNOS ha decretado la eliminación de otras mil quinientas palabras de nuestro vocabulario, mismas que tuvieron responsabilidad en el intento de sublevación".
Algunas de las palabras que se incluían en el listado eran: "reunión", "compañerismo", "solidaridad", "indignación" y "enojo".Después de observar el mensaje, prosiguió a terminar de desayunar y beber su café.
Abordó el autobús y se sentó en la parte posterior para revisar en sus anteojos los pendientes que tenía en el trabajo. Cinco minutos antes de su descenso, un sonido armonioso llamó su atención. Un pequeño pájaro de colores púrpura y azul se había posado en el borde de su ventanilla. La belleza de sus tonalidades, combinado con su canto ingenioso lo impresionaron de sobremanera. Un sentimiento lo abordó, uno que le resultaba tan lejano que supo detectar cuándo fue la última vez que lo había experimentado.
Inconscientemente, y producto de la emoción, exclamó en voz baja y para sí mismo: "Qué hermoso". Segundos después, el autobús se detuvo abruptamente, siendo interceptado por diez patrullas de SIGNOS. Cinco guardias del gobierno abordaron violentamente el vehículo para llevarse al infractor. Mientras lo esposaban, notó que el resto de los pasajeros no reaccionaron y seguían atentos a sus anteojos.
Al momento de transportarlo en la patrulla, la noticia de su detención y condena de veinte años se propagaba en todos los medios de comunicación.
Mirando por la ventanilla, volvió a ver al pajarito púrpura y azul volando al paralelo de las patrullas. Concentró su atención en él durante todo el viaje. Sonrió con satisfacción y felicidad, olvidando por un momento todo lo que le esperaba.
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