Nunca había visto el amor hasta que me alejé de todo.
A lo largo de mi vida he tenido distintas relaciones. Amistades que después de años siguen acompañándome y construyendo vivencias. Hay otras personas con las que ya no sigo en el mismo camino, pero no por esto son menos importantes ya que todos han aportado algo para convertirme en quien soy hoy.
Solía tener miedos e inseguridades. No me sentía capaz de poder expresarme, rechazaba el sentimiento más elemental, que es el amor.
Ahora, percibo el amor en cosas cotidianas a las que no les prestaba atención:
El chavo que cede su lugar a alguna señora en el transporte público. La señora que mira a los ojos al mesero mientras pide su café. El señor que sostiene la puerta para que pueda entrar un desconocido al mismo edificio.
Hay muchos momentos así que nos rodean todo el tiempo, sólo que no les damos importancia.
Sólo me permitía ver el amor en mi familia, amigos y parejas.
Ahora, creo en el amor a un nivel mayor, un amor que puede construir sociedades.
Seré realista, no todos ven el mundo de esta manera. Hay personas que viven creando odio, envidias, malos deseos. Ya hay suficiente negatividad en el mundo. Yo quiero ser una fuerza positiva.
Una energía, que realizando acciones pequeñas pueda trascender en una escala mayor.
Vivir con amor.
Por Andrés Furlong.
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