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Niñes

  • Foto del escritor: Frida Cartas
    Frida Cartas
  • hace 2 días
  • 3 Min. de lectura



Por Frida Cartas


La gira 2025 de Ambulante inició ya, y el próximo 10 de abril le toca estrenar a la cinta Niñxs del cineasta Kani Lapuerta, una película muy peculiar porque está clasificada como documental, pero en muchos momentos rompe totalmente con el género periodístico o informativo que caracteriza al mismo, y se convierte más en un acercamiento de herramienta pedagógica sobre el tema de la identidad sexogenérica; una pequeña guía visual y auditiva para padres o maestros. Lo cual no está ni bien ni mal, sino habla de la libertad de creación y acción de un cineasta arriesgado, atrevido, y soñador.


Y es que Niñxs es, precisamente, una cinta de (y para) las libertades. No solo porque aborda la autonomía o agencia de una personita, en este caso Karla, adolescente trans, sino de igual manera enfatiza la libertad de unos padres para criar y educar a su propia familia. Así como también la libertad de ideas y amistades, de imaginarios y futuros, que no nada más retratan mucha de la diversidad de la que tanto se suele hablar siempre en los movimientos elegebeté, sino que aquí la convierten en humor, en esperanza, en pan recién horneado, en desfile de bastoneras, en ficción, en risas, en trámites legales, en terapias de hormonas, y en una realidad apabullante que todas conocemos: el hecho de convertirnos en las mujeres que deseamos ser, seamos o no trans, dentro de un mundo plagado de contextos violentos, misóginos, precarizados, indolentes, y juzgones de a madres.


Pero que son esas mismas libertades quienes a cada momento nos regalan generosamente fuerza, y un panorama hasta mágico como la luna en Tepoztlán. Que es donde se desarrolla esta película. Lo cual es otro de los grandes aciertos de la cinta, retratar una historia fuera de las grandes urbes, y fuera también de la exotización ahora tan comercializada de identidades indígenas o racializadas en los streaming y el séptimo arte. 


Niñxs es una cinta que todos debemos ver, tengamos o no relación con la comunidad LGBT, por muchas razones, pero destaco dos que me parecen importantísimas: como película nos muestra un producto fresco y novedoso para hilar la compleja niñez y adolescencia de Karla, y al mismo tiempo el extenuante trabajo de realizar un filme con recursos y herramientas muy limitados, es decir, Niñxs se convierte en una grata experiencia inmersiva pocas veces lograda o difundida en las salas o festivales. Y solo por eso hay que verla o apoyarla. La otra es que conjuga elementos de realidad con situaciones totalmente imaginativas, que vienen del propio protagonismo de Karla, pero que dejan esta sensación constante que tenemos todas las personas en nuestra vida diaria sobre que, si lo que acabamos de ver o vivir “no es así”, pero ¡ah cómo nos gustaría que lo fuera! Porque es tan cercano y real, que las fronteras ya no son claras y terminan mezclándose, o como dice el conocido refrán, la realidad supera la ficción.


Ambulante se ha caracterizado en todas sus ediciones por dar voz y espacio a cintas arriesgadas e historias que intentan ser silenciadas u olvidadas, porque como bien decía mi maestro Ruy Franco hace 20 años atrás allá en mi universidad a lado de la playa en Mazatlán: “El cine además de arte o todo lo que le quieran decir, es sin duda también un medio de información, un acervo donde se queda la memoria, una parte del tiempo o la historia mundial atrapadas en la videoimagen, un medio para acercar la verdad o la denuncia, un medio que nos queda como fuente y como ensayo”. Y creo sinceramente que con Niñxs no es la excepción, y vale toda la alegría y gusto por el cine correar a buscar esta cinta, porque lo voy a decir aquí, claro y fuerte, con todo el estrógeno que me invade felizmente: Niñxs es un videoensayo sobre el amor y el maternaje (no estoy diciendo maternidad, estoy diciendo maternaje, que es la relación intrínseca que se establece con la conciencia y la cotidianidad entre dos personas, mediante el cuidado y la procuración, tengan o no relación familiar o de sangre) entre dos semejantes, que a su vez resulta en una relación colectiva como lo es el amor mismo, como decía Erich Fromm. El maternaje que establece el director con su musa, la musa con su identidad, la identidad con la resistencia de un movimiento social elegebeté global. Una cinta para arropar fraternal y amorosamente la diferencia (siempre criminalizada) y acompañarla. Yo que usted, iba a verla.



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