Por Yesenia Flota
Entre el abrazante calor desapareciste
No debía ser sorpresa alguna, yo sabía
Como si saber hiciera más fácil la partida
Ignorancia negada muy similar a la esperanza
Porque aún entre el caos y el desprecio
Tuve la fortuna de verme comprendida
De sentir que ante toda la duda y tristeza
Tenía un reflejo que me hacía menos insensata
La sequía de palabras, la proliferación del silencio
Claridad devastadora causante de ceguera fría
Quién quiere perder, así sólo, quién
Por días me aferré a pensar que aquí seguías
Y sí, porque por momentos un aura de ti está
Viene y va, es mi cobardía de no admitir, no decir
Es lo que nos toca, no hay discusión más estéril
Cubrirnos de papeles, pensamientos y archivar
Guardar para la posteridad lo que nadie mira
La misma historia estampada cientos de veces
La inconciencia como profecía de vida
La incomodidad de fingir que no hay nada ahí
Que no vale la pena el desgaste, que ya no hay más
En mis conversaciones sin final me pregunto qué dirías tú
El tiempo de los olvidados duele
Y en el de tortura, al menos, hay ocupación
En el nuestro te escribimos notas que ya no enviamos
Un agradecimiento, una sonrisa, el pedacito de sol que nos dejaste.
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