Por Manitasdecoco
No soy un mártir, ni fui una buena persona, envidié, odié, comí animales, destruí naturaleza y, sobre todo, viví demasiado tiempo en este mundo, en esta tierra, siendo presa de la lujuria, la pereza, la codicia y la envidia. ¿Creen que quepa todo eso en mi epitafio? No, ni fui una persona buena ni pretendí serlo, es por eso que me decidí hoy y no mañana, porque como bien sabemos, el mañana no existe, es el ahora, el ahora que me pide el salto. ¿A dónde? No lo sé, sé que no hay dios que me espere y me perdone en su infinita misericordia por haberlo hecho, ni infierno que me queme hasta exclamar piedad, solo daré el salto, no como el que todos dan, de tener hijos, de realizar una carrera, de comprar una casa y ¿por qué? de viajar por el mundo, la familia, la propiedad. No, no eso no es para mí, lo comprendí al momento de abrir los ojos y ver los ojos de mi madre, en pleno parto en el que debí morir y no llegar hasta acá, donde el vacío me sucumbe y la desdicha me atrapa, esta vida no era para mi y el reloj cada vez va avanzando más. Es hoy, es ahora, es este momento, soy yo contra el pasado, ¡soy libre!, ¡soy libre de dar el salto! y de ser feliz por primera vez y única en mi existencia, porque como dice la canción: "Yo puedo ir a cualquier lado".
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