Y es así; como en un abrir y cerrar de ojos, te encuentras justo en el comienzo.
Ahí, donde te da tanto miedo estar, donde la mierda del planeta teme tanto.
Justo el comienzo, ¡solo, de nuevo!
Estás ahí con nuevas cicatrices y más lágrimas, cada vez vuelves con menos corazón.
Quizás, si a la mierda del mundo no le importara tanto, estarías en el inicio con mucho más ánimo; igual de roto, igual de incompleto pero sin tragedia.
Estoy aquí… parada en el comienzo. Esta vez he vuelto sin él… y el hueco en mi pecho me demuestra que no soy igual a toda esa mierda.
Miro hacia atrás y no hay nada.
¡Está vez he vuelto sin él! No me arrepiento, “lo daría mil veces para poder sentir de nuevo su mano”.
Es preciso aceptar que en cuanto llegué; di unos pasos atrás, olvidando mi seguridad.
Heme aquí, en el comienzo, de nuevo. Si no me amara tanto ya lo habría dejado, tomar la mano oscura de la muerte añorada; pero… solo queda una cosa por hacer: Seguir llorando, tomar los malditos dados y tirar.
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