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Cámara de Ecos


Por Olliniltzin López


Hoy es un día especial para mí, pues después de esperar cuatro años para que una de mis bandas más queridas, Beach House, lanzara su nuevo disco, por fin llegó el día en el que me puse a escuchar completo el octavo álbum de estudio de esta banda que se formó en Baltimore, Maryland en el 2004. Producto de una escena independiente que venía empujando con fuerza y, además, producto también de lo que sus integrantes estaban buscando durante esa época.



A diferencia de muchas otras bandas, Beach House nace como un reto, cuando sus únicos dos integrantes se conocieron y comenzaron a escribir música para ellos. El reto venía precisamente de eso, de escribir todo entre dos personas y además tocar todo en vivo. Esto llevo a Victoria Legrand y Alex Scally a emplear sintetizadores, cajas de ritmos y una guitarra eléctrica. Con estos elementos compusieron su primer disco, el homónimo Beach House, el cual fue bien recibido por la crítica independiente y los catapultó a un contrato discográfico con plena libertad creativa.


En esta ocasión, no solo voy a contarles por qué su ultimo disco Once Twice Melody es imperdible, sino también quiero invitarlos a sumergirse un poco en la historia de esta banda a la que admiro, quiero mucho y, además, por vez primera les estaré escribiendo un especial en el que pienso incluir pequeñas reseñas de todos sus discos, platicarles por qué cada uno es especial y por qué, al final, Once Twice Melody es, a mi parecer, el mejor disco que ha lanzado la banda desde el punto de vista lírico y musical. También incluiré el por qué creo que lanzar el disco por episodios, como si cada uno fuera las caras de un vinilo, merece ser escuchado así, con sus pequeñas pausas para cambiar la cara del “disco”.


Regresando a 2006, año en el que lanzan su disco homónimo Beach House, lo que impresiona es el completo minimalismo con el que hicieron el álbum. Recluidos en el sótano de Alex Scally, se encerraron dos años a escribir y grabar temas, usando una grabadora de 4 tracks y exprimiéndole todo el jugo posible. Únicamente escucharán la melódica voz de Victoria Legrand; una caja de ritmos que sirve más como metrónomo, marcando el tiempo en el que tienen que ir entrando los cambios de acorde; un sintetizador que a veces sirve como piano y otras para crear atmósferas para los increíbles arpegios de Alex Scally, quien logra encontrar ese punto melancólico en la guitarra eléctrica limpia, que suena a una lagrima que cae y en reversa regresa a la mejilla.



En general, es un disco extremadamente simple en el sentido estricto de lo que se busca expresar y se nota muchísimo como Legrand y Scally son excelentes en sus instrumentos, pero al mismo tiempo mantienen las percusiones a raya y van creando la atmósfera musical, únicamente usando una guitarra y un sintetizador, como si estuvieran ensayando con un metrónomo de fondo.


Dentro de Beach House encontrarán tracks imperdibles como Saltwater, que abre con una de las oraciones más rompecorazones que he escuchado: "Love you all the time, even thought you are not mine". Aún recuerdo cómo la primera vez que la escuché se me hizo pequeño el corazón. El disco continúa con esa caja de ritmos que parece un martillo de fondo, solo marcando el tiempo en el que clava poco a poco en la pared, y con la atmósfera increíblemente melancólica de tracks como Apple Orchard, Master of None y la adorablemente triste Auburn and Ivory.


Para 2008, exactamente dos años después de que habían lanzado su primer disco homónimo, con bastante éxito en la escena independiente, llegó a mí, gracias a una buena amiga, la recomendación de escuchar Devotion, el segundo disco de Beach House. Yo nunca los había escuchado antes y este disco es especial, primero por eso, porque llegó a mí en un momento en el que buscaba por donde fuera música interesante, sobre todo honesta y sin pretensiones más allá de lo que los artistas deseaban expresar.


Devotion es todo eso y más. A pesar de que el disco continúa con el acercamiento minimalista, con la hermosa guitarra de Scally que nos lleva de la mano a esa atmosfera etérea de los sintetizadores de Legrand, la gran diferencia aquí la hacen las percusiones que, si bien, aún se mantienen a raya y se presentan en forma de claves, de cajas de ritmos y hasta de escobetillas bailando a ras de una tarola, estas son más diversas. De nuevo, la guitarra de Scally es el pegamento que lo mantiene todo unido, resaltando en este álbum cómo fue grabando uno, dos y hasta tres tracks de guitarra para enriquecer por completo el sonido de la banda.



Este disco de igual manera fue bastante bien recibido por la crítica independiente y, similar a las letras de su primer disco aquí Beach House nos regala muchísima melancolía cargada de la monotonía de las relaciones que a veces duran mucho más de lo que deberían pero también del amor y la esperanza de encontrar a esa persona especial con la que podamos compartir el café en las mañanas.


Los tracks esenciales de este disco, para mí, en realidad son todos, pues creo que es un producto que merece una oportunidad de principio a fin. Durante muchos años fue mi disco favorito de la banda por muchas razones, pero si no cuentan con el tiempo para escucharlo completo, los tracks recomendables son: Wedding Bells, Gila, Holy Dances, Heart of Chambers y el combo de Astronaut y D.A.R.L.I.N.G.



Cumpliendo de nuevo con el período de dos años entre discos, para el 2010 Beach House lanzaba Teen Dream. Después de tener dos producciones muy bien recibidas, y una audiencia pequeña pero leal, para esta ocasión decidieron que, además de incluir los elementos que ya venían en sus discos anteriores, era buen momento para subir el reto de hacer música únicamente entre dos y llevaron al estudio una batería que, en principio, no se nota si no hasta el minuto 2:17 del primer track Zebra, entra con una baqueta martillando una tarola y unos platillos que sirven de introducción al puente de la canción.




Algo que me gusta muchísimo de todo este disco es que los elementos en las canciones aparecen poco a poco. Usando a Zebra como ejemplo, primero podemos escuchar únicamente la guitarra de Scally y la melódica voz de Legrand, y de la nada el sintetizador aparece y crea una atmósfera que suena por completo a dream pop, para después reventar como una ola, cuando entra la guitarra. Todo el disco esta lleno de estos elementos y, si bien, muchos de los tracks se alejan de la melancolía que nos inundaba de sonidos, en este álbum las letras se sienten más como cuando uno le platica a su mejor amigo cómo te sientes después de la pesadilla de un rompimiento, de ese amor correspondido, de esas ilusiones que se nos van cayendo de la cara y cómo nos encontramos llenos de ausencias, que nos dejan como queso gruyere el alma.


Si bien, Teen Dream tuvo muchísimo éxito comercial en la escena indie rock de ese año, otra de las razones por las que vale la pena escucharlo es que se nota de manera increíble la evolución sonora del duo Scally–Legrand. De igual forma, la adición de un baterista al tour (que no participó con ellos en la composición) hizo que desde entonces los tenga en esa lista de bandas que tengo que ver en vivo antes de dejar este planeta.


A pesar de que este disco es otra joya, para mí los tracks imperdibles son: Zebra, Silver Soul, Used to Be, Better Times, Take Care y la sublime 10 Mile Stereo. Como esta no es una reseña de Team Dream, no puedo clavarme tanto en 10 Mile Stereo, pero todo lo que les diré es que justo esa canción está en mi Top 10 de mis temas favoritos por siempre. La primera vez que la escuché, regresaba de una de esas citas a tomar café donde te dejan peor que a Rafa Gorgori en San Valentin y justo las líneas con las que inicia: "The Heart is a Stone and this is a Stone that we throw, put your hand on this Stone, is the Stone of a home you know”, y todo el track me curaron el alma.



Cumpliendo con los dos años de espera, para el 2012 Beach House lanza Bloom, el que hasta la fecha es su mayor éxito comercial y un disco que los catapultó a ser nominados para varios premios. Continuando con la expansión sonora, grabaron por completo este disco en Tornillo, Texas, con la inclusión de un baterista de tiempo completo y continuaron usando también las cajas de ritmos. Incluye temas como el hermoso Myth, que introduce suaves líneas de bajo.


Bloom está más cerca del Synth pop, que sus discos anteriores. Sin embargo, si han seguido hasta ahora la recomendación musical, notarán que Legrand y Scally continúan escribiendo hermosos pasajes sobre amor, desamor y existencialismo que nos invitan a la introspección, pero además a perdernos en los hermosos paisajes sonoros que crearon con este hermoso disco.



Para su promoción, esta vez dejaron de lado las apariciones en talk shows o las entrevistas, y grabaron un cortometraje que lleva por nombre Forever Still, que incluye diferentes tracks grabados al puro estilo del Pompei de Pink Floyd, alrededor de varios lugares en Tornillo, Texas. Aquí les dejo el link por si lo quieren ver:



Además, grabaron un vídeo genial dirigido por Eric Wareheim para el track Wishes, el cual pueden ver aquí: https://www.youtube.com/watch?v=OS6duOoxctw


La promoción, creando contenido propio, funcionó muy bien y para el 2013, este disco era otro consentido de la crítica y de los fans. Los tracks esenciales son: Myth, Lazuli, The Hours, Wishes, Irene.



Para el siguiente disco, pasaron 3 años y muchísimas cosas con la banda, la principal, el sonido que habían alcanzado hasta este punto había dejado de ser un reto y querían sumergirse de nuevo en la experimentación, buscando con ello reformar y darle de nuevo otro giro a la forma en la que hacían música.


Es así que nace el proyecto de grabar un disco doble, comenzando a experimentar con dos acercamientos hacia su nuevo sonido. El primero, salió como un álbum que solo contenía 9 canciones, que se siente como una regresión al sonido que buscaban crear en Beach House, su primer disco, pero con mucho más equipo y mucha más experiencia. Regresan las cajas de ritmos, las texturas musicales se forman en sintetizadores y las guitarras aparecen de vez en vez para darle forma al aire etéreo que tomaba la nueva simplicidad de su sonido.


Siguiendo esta línea, buscaban regresar a escenarios más pequeños, alejados de los festivales y los estadios donde el éxito de sus discos anteriores ya los había colocado.


Depression Cherry es el quinto disco de la banda. En mayo del 2015, salieron a la luz los 9 tracks que lo componen; el disco en vinyl además viene cubierto de terciopelo, lo cual va perfecto con la atmósfera etérea del disco.


Prácticamente, el mismo año la banda lanza los demás tracks que tenía bajo la manga, pero como un álbum completamente separado, con un sonido diferente. Thank you Lucky stars, que originalmente sería parte del Depression Cherry, es lanzado al mercado en octubre de 2015. Además, como el sexto disco de la banda, hay quienes mencionan que si bien fueron trabajos grabados en paralelo, el estilo y la dirección eran completamente diferentes y por eso deciden lanzarlo como otro disco por separado.




La diferencia, al menos en cuanto a estilos, es palpable en ambos discos. Depression Cherry, más orientado a las cajas de ritmos y las atmósferas creadas con los sintetizadores de Legrand, dejó no solo afuera las percusiones y la batería que habían acompañado a la banda en sus producciones anteriores, también alejó un poco las texturas sonoras de las guitarras y las usa como elementos que enriquecen el sonido sin ser el foco principal de atención.



En Thank You Lucky Stars, volvemos a escuchar las Guitarras Alex Scally como el pegamento que une todo, así como las cajas de ritmos que son un componente constante en ambos discos. La manera en la que se aferra cada disco a sus elementos más básicos los hace muy diferentes en estilo.


Los tracks esenciales de Depression Cherry son: Levitation, Sparks, Beyond Love, PPP y Days of Candy.


Los tracks escenciales de Thank You Lucky Stars son: Marjorette, All Of Your Yeahs, The Traveler y Elegy To The Void.




Tres años después, y dejando un disco de lados B y rarezas en medio, Beach House regresó en 2018 para entregarnos 7, un disco que continúa alejándose bastante del sonido de Bloom, pero que al mismo tiempo, en palabras de la banda, buscaba reinventar de nuevo su sonido, dejando de lado una regla muy importante que usaban para componer hasta entonces: todo lo que componían tenía que poder ser tocado en vivo, y la cambiaron por: vamos a tocar todo lo que salga y lo plasmaremos en un disco.



Esto incluye, como bien lo demuestra el track inicial Dark Springs, un regreso de las percusiones elaboradas, de las atmósferas de sintetizadores y los slides de guitarra llevados al limite.


Es un disco en el que, incluso la melodiosa y melancólica voz de Victoria Legrand es trabajada para darle otro efecto, las letras ahora van como un susurro que serpentea entre la música, dejándome al menos a mí, anonadado con la profundidad que alcanza.


Tracks como Lemon Glow, que parece lo que llevaría de soundtrack un trip con hongos, nos regalan diferentes texturas, desde el regreso de las percusiones martillantes y que llevan el tiempo, hasta los pequeños riffs que aparecen temerosos desde la guitarra de Alex Scally.


Drunk in LA es otro de los imperdibles que hace eco en la cabeza de cualquiera que haya caminado de noche pasado de copas, buscando el regreso a casa. Este disco es de principio a fin el ejemplo de una banda que, a diferencia de muchas otras, prefiere seguir reinventándose a caer en los mismos pasajes y vendernos el mismo disco una y otra vez.


Esenciales: Dark Spring, Lemmon Glow, Drunk in LA, Black Car, Girl of The Year.



Y es así como por fin llegamos al octavo disco de estudio de la banda y a la reseña de esta semana. Once Twice Melody es a mi parecer el mejor disco de la banda por muchísimas razones. Las musicales, por ejemplo, nos traen un trabajo mucho más refinado que 7, en donde continúan con la experimentación sonora y las libertades creativas, pero además se nota la mano de Alex Scally, quien aprendió cómo producir y emplear sus conocimientos en la mezcla del disco. Se siente atemporal, etéreo, pero sobre todo honesto y cargado de amor, de melancolía y de la nostalgia que la banda siempre nos ha regalado en sus discos.


Definitivamente, en este disco podemos escuchar cómo la experimentación de Depression Cherry y la libertad creativa de 7, se conjugan para regalarnos melodías mucho más armónicas y pasajes cargados de instrumentaciones, que a primera instancia parecen no tener sentido, pero nos envuelven y nos cargan a esta nube musical que logra crear el disco.



Una de las cosas más curiosas de este disco, es que fue presentado en cuatro partes. Este viernes salió la última parte, pero durante 4 meses lo único que teníamos eran unas cuantas canciones y un vídeo con ellas. Aquí lo que me parece bastante loable es el hecho de que cada video acompaña el equivalente a una de las 4 caras que tiene el vinilo de este disco doble, que a diferencia de Depression Cherry y Thank You Lucky Stars, no se sienten como discos completamente diferentes, es como escuchar el hilo conductor que en partes une este hermoso álbum.


Otra de las cosas importantes, es que las animaciones con las que vienen acompañados los capítulos del disco también son algo digno de disfrutar por si mismas.


Capítulo 1


Capítulo 2


Capítulo 3


Capítulo 4


Sin embargo, como siempre, les recomiendo que escuchen este disco completo, sin interrupciones y que le regalen una hora y media de sus días a esta belleza. Sé que es mucho pedir, pero si llegaron hasta esta parte de la columna y han disfrutado el viaje, no se pierdan el ultimo capitulo, ya que por nada verán que es, en resumen, la esencia de una banda que no deja de buscar nuevos horizontes, no se conforma con el éxito comercial y prefiere buscar la satisfacción personal de crear una obra completamente atemporal y eterna.


Esenciales:


Once Twice Melody, Super Star, Through Me, ESP, New Romance, Only You Know, Illusion Forever, The Bells, Hurts to Love.



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