Por Ana Lau
Y ahí quedó inerte el lado izquierdo de la cama,
el espacio en el armario,
el cepillo de dientes que no te gustaba mucho usar,
el café que solo a ti te gusta con la bolsa de azúcar que bien sabes hacía mella en mi estómago,
tu sofá favorito,
tus libros que por un tiempo fueron míos,
se quedaron vacíos los espacios que ocupabas
no sólo los físicos, los emocionales que alcanzabas en mí,
los que ocupabas en nuestros perros y no sabía que dolían tanto,
los recovecos de las grietas de un corazón roto mucho tiempo atrás, esos no se cicatrizaron, más bien se fueron llenando de una especie de callo, es algo así como el que se forma cuando te fracturas un hueso, dicen que no vuelve a facturarse el mismo lugar, y eso es lo peor, se fracturan lugares distintos, espacios "sanos".
Lo irónico es que estos espacios, tiempos, emociones, no se perdieron cuando tú te fuiste, y eso es lo más cabrón… físicamente estabas, pero ya te habías ido, ¿si me explico verdad?
Supongo que es una analogía muy mórbida parecida al sentimiento –ese feeling de haber perdido un miembro del cuerpo, digo yo no sé lo que sea eso, pero hablan y refieren tener una sensación "fantasma" de seguir sintiendo esa parte, pero ya no está. Eso mismo pase y pasó; sabía que ya no estabas, dolía, pero no esa parte ausente, dolía lo que se quedó, lo que dejas, lo que jamás te has llevado, pero tampoco había dejado que lo hicieras.
Mi responsabilidad afectiva emocional para mi misma se la llevo un carajo, la eché a la basura, me dañe y te dañe y morí no una, ni dos, ni tres veces…chingada madre, humana que cae con la misma piedra un chingo de veces, esa soy yo.
Las mismas piedras que recogí reiterativamente una y mil veces, que luego olvidaba donde las había dejado y de nuevo volvía a tropezar, son esas mismas que hoy trato de edificar en una barrera "anti-sentimientos", arma de doble filo diría yo; ya que hoy no se si sé amar y no se puede amar de la misma manera.
Hoy entre todo el "cementerio" de cosas que dejaste atrás, hay uno que quiero convertir en cenizas y echar al viento, ¿pero si en el intento te llevas la única forma que conozco de amar, con qué me quedaría?
Somos asincrónicos dijiste, yo hoy quiero seguir viva sin ti, tu hoy morirías en el intento de recuperar todo aquello que dejaste morir.
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