Por Stefani Pedroza.
Llevaba ya un tiempo preguntándome si había perdido la capacidad de sentir, de amar, de vivir, preguntándome si algún día el tiempo se llevaría todas esas heridas, si sanaría el dolor de todos esos amores que llegaron a destiempo.
Y entonces la conocí... tengo grabado su olor, me sé de memoria cada nota que me ha escrito, he aprendido a leer cómo es que ama, he sentido como duele cuando se marcha, lo feliz que soy cuando la tengo cerca. Nadie la extraña más que yo cuando la pienso, guardo en mi mente cada una de sus sonrisas y me sigo envolviendo en miles de emociones antes de verla.
Y por encima de todo, redefiní el significado del amor, el día en que me di cuenta que para mí amarla no era poseerla, para mí amarla significaba qué tan feliz puedo llegar a hacerla.
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